La ubicación es simplemente perfecta. a pocos pasos de una hermosa playa y en una zona tranquila que permite un descanso pleno. Las anfitrionas son encantadoras, siempre dispuestas a ayudar y hacerte sentir como en casa. El desayuno incluye productos locales frescos y deliciosos, que puedes disfrutar en un patio acogedor. Las habitaciones están decoradas con un toque especial, reflejando la sensibilidad vasca, y se nota que se cuida cada detalle para que los huéspedes se sientan cómodos.

La falta de persianas en las habitaciones puede hacer que entre demasiada luz por la mañana.

La decoración del hotel era acogedora y elegante, lo que me hizo sentir como en casa. Cada zona general estaba cuidadosamente diseñada, y encontré que la accesibilidad con rampas facilitaba mi movilidad perfectamente.

Sillas más cómodas serían apreciadas.

Proximidad a la playa, decoración única reflejando la cultura vasca, ambiente tranquilo para descansar

El aire acondicionado no estaba disponible y generó incomodidad!!! Las habitaciones eran pequeñas y carecían de privacidad, especialmente con ventanas que daban a zonas comunes. Deberían mejorar la limpieza, ya que encontramos polvo en superficies.

La cama era increíblemente cómoda y el trato excepcional.

encanto y comodidad cerca de la playa y el centro histórico

tuve una estancia agradable y relajante, ya que la habitación era tranquila y se podía dormir muy bien, además, apenas a 5 minutos a pie puedes llegar a la bella playa de saint jean de luz y a unos 10 minutos encontrarás el centro histórico lleno de encanto donde pasear y descubrir lugares únicos.

Ambiente acogedor y atención excepcional.

Acogedor estudio, ideal si buscas un espacio cómodo para preparar alimentos y disfrutar de la cercanía a la playa.

La ubicación es excelente, muy cerca de la playa. El desayuno incluye productos locales muy buenos. Aunque la habitación era pequeña y un poco oscura, el ambiente es acogedor.

La experiencia fue agradable, destacando la comodidad de las camas y la atención del personal, quienes fueron muy amigables y serviciales. La habitación estaba bien decorada, aunque el baño podía mejorarse, ya que faltaba espacio para algunas cosas personales. El desayuno fue delicioso, con opciones frescas y locales, aunque el precio pudo ser más accesible.

El desayuno fue un deleite absoluto, con croissants frescos que parecían haber sido horneados justo enfrente, y una selección de zumos orgánicos que harían sonreír a cualquier amante de la naturaleza. Las habitaciones eran como pequeños refugios decorados con gusto, donde cada rincón reflejaba la calidez del País Vasco, logrando que me sintiera más como en casa que de visita.

Falta de iluminación natural

Tuve una estancia muy placentera en Boutique Hotel Maria-Christina. La cama increíblemente cómoda me permitió descansar de maravilla, y el trato del personal fue excepcional, ayudándonos en todo. El desayuno, aunque un poco caro, estaba delicioso. Sin embargo, la falta de fruta fresca podría mejorarse.

Este hotel tiene un ambiente acogedor y la atención de María es excepcional. Las habitaciones son funcionales, aunque me pareció que la nuestra era un poco pequeña y le faltaba iluminación. La ubicación es excelente, a solo unos pasos de la playa, ideal para paseos agradables. La limpieza es un punto positivo, todo estaba muy cuidado. Sin embargo, las almohadas no eran las más cómodas y el desayuno, aunque delicioso, podía ofrecer más variedad. La tranquilidad del lugar me permitió descansar bien, pero la falta de persianas en las ventanas dejaba entrar mucha luz por la mañana, lo cual resultó incómodo. En general, disfruté de la estancia, aunque con algunos detalles por mejorar.

agradable pero con detalles mejorables

El estudio era espacioso y contaba con dos baños, lo que fue muy útil para nuestra familia. La cercanía a la playa facilitó disfrutar de días soleados. Además, la amabilidad de Marie hizo que nos sintiéramos bienvenidos y cómodos durante toda la estancia.

Aunque el olor a pintura era notable, no arruinó la experiencia.

Tuve una estancia agradable, destacando la tranquilidad de la habitación que me permitió descansar bien. La cercanía a la playa es ideal y el trato de la dueña es excepcional. Sin embargo, el desayuno, aunque rico, resulta un poco caro y la habitación podría mejorar en iluminación natural.

El edificio tiene encanto, con un ambiente acogedor que hace la estancia muy agradable. Las habitaciones, aunque pequeñas, cuentan con contraventanas, lo que asegura un descanso sin interrupciones del amanecer.

Hay ciertos detalles a mejorar, la habitación resultó algo oscura y faltaba una buena iluminación natural. Además, un segundo asiento en la habitación habría hecho la experiencia más cómoda. El desayuno no se ofrece a un precio razonable, lo que es un inconveniente si buscas una buena relación calidad-precio.